Castillo Eramprunyà, Cuevas Bruguers, Roca Foradada

Relativamente muy cerca de Barcelona, en Gavá, podemos disfrutar de un recorrido lleno de historias medievales, castillos, cuevas y esculturas muy curiosas que la erosión ha esculpido sobre esta montaña teñida de rojo por la arcilla que la caracteriza.

No en vano se le llama el Cañón del Colorado catalán.

En la época medieval fue la sede de un término (el término del castillo de Eramprunyá) que llegó a controlar los actuales territorios de Gavá, Begas, Casteldefels, Sant Climent de Llobregat, Viladecans y una parte de San Boi de Llobregat.


Construido como parte del sistema defensivo de la frontera entre Al-Andalus y el Imperio carolingio y como sede de control político y económico y militar en la zona entre el Garraf y el Llobregat, fue propiedad de los condes de Barcelona. En el siglo XIV fue adquirido por los March, familia de caballeros y poetas. Durante las guerras remensas del siglo XV el castillo queda muy dañado. Aun así, se suceden diferentes familias en la posesión del castillo y la baronía de Eramprunyá, hasta que a finales del siglo XIX es adquirido por Manuel Girona i Agrafel.

Los restos del castillo de Eramprunyá están ubicados en la cima de una montaña entre acantilados con magníficas vistas del delta del Llobregat y parte del Garraf. El conjunto consta de tres recintos fortificados: el soberano o superior situado a 402 metros de altitud (donde están las ruinas del castillo-palacio gótico), el jussà situado a 392 m (donde se encuentra la ermita de San Miguel de Eramprunyá de estilo románico, aunque transformada) y el exterior a 319 m (donde se pueden ver una parte importante de la antigua muralla).
En el recinto soberano, está rodeado por muros que en muchos tramos tenía 50 cm de espesor hechos con pequeños sillares, se accedía a través de un puente de piedra (actualmente se realiza por una pasarela de madera). El baluarte que defendía el portal tiene un espesor de 90 cm al paramento más meridional. El castillo es citado por primera vez en el año 957. /br> La ermita de Sant Miquel de Eramprunyá tiene dos partes: una románica (el ábside
 y el presbiterio), del siglo XII, y una de renacentista, del 1509 (la nave, el coro y la portada). Alrededor de la ermita se pueden ver tumbas antropomorfas y también una inscripción en la roca realizada por Jaume March I, señor de Eramprunyá,



Localización:
Partimos de Gava, cogemos la BV-2041 dirección Begues. En el punto kilométrico 4,7 a mano izquierda encontramos la ermita de la Mare de Deu de Bruguers, que es donde se puede aparcar perfectamente.
Descripción de la ruta
Subimos las escaleras que nos llevan a la parte posterior de la ermita y justo delante de la puerta principal, encontramos el sendero señalizado (GR92)










Ascendemos en dirección hacia la Roca Foradada, el camino es un poco abrupto y a pocos metros nos encontramos la curiosa y enorme Roca Foradada, en forma de arco, a la que podemos acceder a su parte superior,  por un lateral.






Según vamos ascendiendo tenemos unas excelentes vistas del Prat, Gavà, Castelldefells y toda Barcelona.


Seguimos camino y nos encontramos con una pequeña gruta que suponemos formada por la erosión del agua y el aire.















              



Desde aquí vemos nuestro próximo objetivo, la Cueva de Bruguers y la cruz

Seguimos subiendo hasta una explanada a pie del castillo. Desde este punto podemos ir hacia el castillo a mano derecha o por un sendero que sale a mano izquierda poco visible, hacia la Cueva de Bruguers.


















Nosotros primero nos acercamos a la cueva, por lo que cogemos el sendero que hay entre la vegetación y que va serpenteando todo el risco, es intuitivo ya que se ve por donde ha pasado la gente, hasta llegar a unas ruinas.
Siempre hay que ir dirección a la cruz, ya que la cueva se encuentra debajo.

Pasamos las ruinas de la humilde capilla construida sobre la colina en donde está el risco, llama poderosamente la atención, una cueva colgada que hay en una colina a la izquierda del castillo al pie de una cruz de hierro, es la cueva de la Virgen de Bruguers.
Ya desde finales del siglo XII los fieles de los entornos veneraban una Virgen encontrada en una cueva del risco, erigieron una pequeña capilla, aún se conservan las ruinas, en la cima de la colina del lado del castillo.
La leyenda cuenta que un pastor encuentra la imagen en una cueva en 1193, la coge para enseñar a los amigos, pero al llegar al pueblo ya no la tenía, eso pasó varias veces, ante el hecho de todos los vecinos fueron a la cueva donde reencontraron la imagen, vista la voluntad divina de restar a la montaña edificaron cerca una humilde capilla sobre la colina raíz de risco.
El culto era servido por Deodato, una comunidad monástica de mujeres entregadas al servicio de Dios.


Desde este punto divisamos el Castillo Eramprunyà, donde nos acercaremos más tarde.





Justo antes de llegar a la cruz, a mano izquierda nos encontramos un canal de fuerte bajada equipado con un cable de acero para ayudarnos en el descenso. Con prudencia y despacio, no hay ningún problema, el tramo es corto.



Un ultimo esfuerzo y ya estamos en el interior de la cueva donde nos encontramos la imagen de la virgen de Bruguers, así como diferentes objetos, ofrendas que la gente ha ido dejando. Los miramos pero no tocamos!!! y si que disfrutamos de las formas curiosas que ha hecho la erosión en el interior de la cueva y de las vistas que tenemos desde allí.









Una vez visto,hacemos la subida y nos acercamos hasta la cruz.

Subiendo a mano derecha vemos otra roca con formas curiosas





































Nos quedamos un rato disfrutando de las excelentes vistas...

Desde aquí deshacemos el camino hasta la explanada donde nos habíamos encontrado a los niños, para coger el sendero por el que ascenderemos al castillo de Eramprunyà.
                                             
                                


























































































































Llegamos a una pista ancha, giramos a la derecha y entramos en el Castillo, que esta cerrado pero nos encontramos que hay una vallas tiradas en el suelo y que la gente accede por ahí.
La parte que está mejor conservada es la Ermita de Sant Miquel, del resto quedan algunos muros de pie.







Pasamos por una pasarela de madera, para acceder a lo que fue la parte mas noble del castillo.











Detalle de los sillares



Tumbas antropomórficas labradas en la piedra






Para volver hay que desandar el camino y volver al aparcamiento.
Track de la ruta para subir al móvil o GPS, o grabarse la web para ir localizando las fotos

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